La calle del Hombre Lobo:     el origen de una leyenda

Infatigable cazador que perdura en los mitos

Terror de ancianos y también de niños

Leyendas e historias de los hombres alimentaré

Y nunca el descanso eterno conoceré

Tulkas Hammer Pain

Esta preciosa calle, profusa en adornos navideños y bellos edificios centenarios, es la Calle del Reloj, de Ponferrada, una de las vías más simbólicas y recorridas de esta ciudad. Pero lo que seguro que muchos desconocen es que bajo esas luces y a la sombra de estas piedras vetustas se esconde uno de los casos más sórdidos de la historia criminal de España.

En un lugar indeterminado de esta calle había a mediados del siglo XIX una tienda de coloniales regentada por un tal Miguel Sardó, y en ella compraba género habitualmente, para luego revenderlo, un buhonero llamado Manuel Blanco Romasanta, quien ostenta el nada edificante título de ser el más famoso asesino en serie de nuestro país.

Su primera víctima fue un alguacil que le reclamó 600 reales que Romasanta había dejado a deber a Miguel Sardó. Corría el año 1843 y a partir de ahí Romasanta emprendió una carrera delictiva que lo llevó a cometer casi dos decenas de asesinatos, de los que solo reconoció la mitad.

Y también fue precisamente en Ponferrada, en 1844, cuando un juzgado lo condenó en rebeldía a 10 años de prisión.

Posteriormente, en 1852, Romasanta fue finalmente apresado, y en 1853 fue juzgado y condenado a muerte, por la Audiencia Provincial de A Coruña, con la previa participación de los jueces de Allariz y Verín. Sin embargo, finalmente la pena capital le fue conmutada por la de cadena perpetua por la reina Isabel II, tras apreciar que sufría una enfermedad llamada 'licantropía clínica', un desarreglo mental que, presuntamente, lo habría llevado a cometer sus crímenes bajo el influjo de un trastorno que le hacía creer que era un hombre lobo, razón por la que en adelante se lo conocería como 'El hombre lobo de Allariz'.


A Romasanta también se le apodó el Sacamantecas (o 'Sacauntos'), porque la leyenda popular asegura que extraía la grasa de sus víctimas para comerciar con ella, desconocedor sin duda del grave problema del colesterol que acumula la grasa, si bien, en su descargo hay que decir que dicha grasa era comerciada en Portugal a precio de oro para la fabricación de ungüentos y en ningún caso, que se sepa, para la ingesta.


Además, la pequeña figura de este 'lobishome', que apenas medía 1,40 metros, está en el origen nada menos que de otro de los mitos del terror infantil: el 'hombre del saco'.

Romasanta falleció el 14 de diciembre de 1863 en el presidio del Monte Hacho, en Ceuta, sin que nadie hasta la fecha sepa nada acerca de la ubicación de su tumba.

Y toda esta historia alucinante de pasiones e instintos atávicos arrebatados comenzó a gestarse en la hermosa calle del Reloj de Ponferrada, tan rebosante de adornos y de alegría. Recuérdalo si algún día deambulas por ella.

PD. El caso de Romasanta es inagotable, basta saber, por ejemplo, que en su partida de nacimiento, nuestro hombre lobo-asesino serial figura inscrito como mujer. Lo que ha llevado a los estudiosos a plantear que estamos ante un caso de hermafroditismo, que estaría en la génesis de todos los desarreglos y taras mentales que llevaron a este personaje a protagonizar una de las carreras criminales más famosas de la historia de España.


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