Gradefes, el tiempo detenido

"¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido; (...)"
Fray Luis de León

A pocos kilómetros de León, muy cerca del río Esla, hay un monasterio cistercience que lleva habitado por monjas desde su fundación hace más de ocho siglos. Nada ha podido con estas mujeres, ni siquiera la Desamortización. Pero si la singladura vital de esta comunidad no te dice nada, no dejes por ello de acercarte a conocer este impresionante cenobio donde el tiempo y el espacio parecen haberse congelado. Te recomiendo recorrer el deambulatorio (la girola) de la iglesia y verás como se calman todas tus ansias y ansiedades.

Si te gusta y prefieres ahondar en su historia y vicisitudes, puedes acceder a una visita guiada por una persona de muy amplio conocimiento y gran pasión por su trabajo. Solo a través de esta visita guiada podrás contemplar también el claustro, la magnífica sala capitular y, cómo no, el exterior de los ábsides de la iglesia monacal.

El patio del claustro se utiliza también como cementerio de las monjas de la comunidad monástica. Solo diré que por descansar eternamente en un lugar así, casi, casi, valdría la pena morirse. 


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